Hay una línea discontinua en mi camino que me permite rebasarme cada vez que me freno, trasladándome hasta más allá de los limites de mi conciencia, y quedando únicamente la sombra de un yo que ya no existe, salvo en la etérea agonía del recuerdo que lo mantiene vivo sin vivir.
También tú me puedes rebasar y venir conmigo, mi camino es ancho, dejándote atrás a ti misma y enlazando unas sombras que se difuminan en la noche donde quedan postergadas desde ahora.
© Juan Carlos Saceda
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