Recuerdo un invierno oscuro,
tan negro como el Averno,
el frio mordía salvaje
con sus colmillos mis huesos,
arrancándome alaridos
de lobo cuando esta en celo;
tan fuerte era el dolor
que sentía en mis adentros
que no había botica mundana
que calmara mis sentimientos;
al pronto sonó una voz
que cabalgaba sobre el viento
desde una galaxia lejana
donde llegaron mis lamentos;
venia a sanar mi mal
acompañando mi tiempo
con el calor que me faltaba:
calor humano
con amor dentro…
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