Leo tus palabras mirando tu foto y me emociono, nunca nadie me había dicho las cosas que tú me regalas y de repente temo herirte, me asusta el pensar que pueda dañar tu estabilidad interior con mis frivolidades estúpidas y egocéntricas; también me aterra contemplar el asomo de la posibilidad de que te hartes de mi y me abandones, no, no me aterra, me espanta…
Y ahora, sin poder leer en tu rostro ni sentir tu piel, me angustio esperando que me escribas y me hables, necesito saber que estas bien, que me sigues queriendo como antes; te amo tanto…
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