No encontraba el camino que debía llevarle a la salida; se hallaba perdido en un laberinto y el hilo conductor con la realidad se había esfumado ante sus ojos; se encontraba agotado, las piernas le temblaban y tenia un poco de ansiedad, al pasar por el ultimo recodo se dio cuenta de que había estado antes allí; el abatimiento se apodero de él, decidió sentarse a descansar y así se encontraba cuando le sobrevino el sueño; durmió sentado, apoyado en la pared y soñó con un horizonte blanco, de una luminosidad que cegaba la vista, daba la sensación de que había nevado en el cielo; un águila real bailaba con el viento dejándose llevar hasta integrarse en él, confundiéndose con las ráfagas y haciéndose transparente a ojos humanos; danzaba el son que emitían, con sonidos tonales, las hojas de los robles.
El águila le miró con tal profundidad que le absorbió con los ojos trasladándole a su interior, danzando con ellos pudo verse dormir en el laberinto, también pudo ver el camino hacia la salida, pero allí no le esperaba nadie y la tristeza le despertó.
Ahora que conocía la verdad se sintió mejor, hizo del laberinto su morada y vivió feliz con su realidad...
No hay comentarios:
Publicar un comentario