no había acabado de hacerlo
y se me aparece otra vez tu rostro,
tu sonrisa, tu voz, tus manos…
No existe tregua en esta historia,
ni intermedio ni descanso,
estas tan presente en mi vida
que dudo de ser yo o tú cuando hablo;
te oigo decir palabras
que escuché en algún lado,
salían de tu boca,
aquí quiero reflejarlo,
para que todo el mundo sepa
que esto existe y no es soñado:
-¿Sabes? Te amo con locura, un día sin ti es una eternidad; sueño despierta con tus besos, tus abrazos, tus palabras tu dulce sonrisa...
Saborearte, empaparme de ti y de nuevo
volver a devorarte es mi capricho
inagotable…
© Juan Carlos Saceda
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