Te fuiste sin decir adiós temerosa de no poder hacerlo; saliste huyendo de ti misma acuciada por los fantasmas que marcan tu nacimiento con la melancolía asumida y provocada de tu vida; lo hiciste porque tiemblas cuando me ves a tu lado conocedora del amor que me define y no quieres soportarlo, quieres pero no puedes, puedes pero es demasiado…
El golpe de tus deseos resquebraja la dureza de un corazón acorazado, fragmentando la mascara que le cubre en tantos trozos como suspiros exhalas cuando te hablo…
Este abandono sin sentido que ahora te duele por dentro ya nunca encontrará sosiego, y aflorando por tu piel las llamas de mi fuego te marcará de por vida, estas perdida, cuanto lo siento…
© Juan Carlos Saceda
Escultura: la huida. Autor: Luciano González
A veces son las circunstancias, las que te marcan un camino a seguir.
ResponderEliminarMuy bella, como todas.
A veces las circunstancias son el disfraz perfecto para ocultar el miedo...
EliminarMuchas gracias Siempre...