¿Sabes que consigues arrancarme una sonrisa cada día? Te
veo leyendo lo que escribo, seria pero sonriendo un poco, imaginando mi rostro
narrando el texto, contándotelo a ti que me escuchas tan bien, que me valoras al
alza sin motivos aparentes, sólo por mí, por lo que anoto con ansias para
introducirlo en el buzón de la espera que aguarda tu esperanza para verse
satisfecha.
Nunca me canso, siempre quiero más, cuando lo tengo ya es
pequeño, si miro al final el desmayo del vértigo me abate y lo peor de la caída
es que no tiene término.
Coge esto, es para ti, te mereces muchísimo pero poco más
puedo darte, todo lo que soy es poco y no hay más en mí… no quiero nada a
cambio.
© Juan Carlos Saceda
Corazón desinteresado...
ResponderEliminarFascinación por ese rostro imaginado.
Besos