Cierro los ojos; te veo, tú no me observas pero sabes que
te miro; te llamo, tú me oyes pero respondes con silencio; sin embargo te gusta
que te mire y que te nombre, disfrutas con ello, pero haces como si nada y
callas, te tienes miedo.
Tiemblas cuando te imaginas
desecha entre mis labios,
sin fuerza,
sin voluntad,
entregada hasta el desmayo,
sintiéndote vulnerable
a lo que estas deseando.
Juan Carlos Saceda
No hay comentarios:
Publicar un comentario